Molina: educación, adicciones y violencia institucional entre sus prioridades políticas

El primer candidato a diputado por Fuerza Santacruceña remarcó su compromiso con temas sociales y cuestionó el estado actual del peronismo santacruceño.

Política27/08/2025Mirada SurMirada Sur
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En diálogo con el programa La Bisagra (Tiempo FM 97.5), Juan Carlos Molina habló sobre su salto a la política, su mirada del peronismo y las principales problemáticas que buscará llevar al Congreso Nacional. El ex sacerdote salesiano, hoy cabeza de lista por Fuerza Cruceña, se refirió con naturalidad a los cambios que implicó su candidatura: “Ya me tienen al trote. No me casé para que nadie me diga lo que tengo que hacer y estoy a mil. Sé que ha cambiado mi vida indudablemente”.

Molina repasó su trayectoria vinculada al trabajo social, en particular con jóvenes, adicciones y sectores vulnerables: “Soy una persona política, ustedes me conocen hace 25 años. Nunca le saqué el cuerpo a los quilombos. He trabajado con pibes de la calle, con drogas, con sedonar… de eso sé”. En ese sentido, anticipó que sus prioridades legislativas estarán centradas en educación, salud mental y adicciones. También advirtió sobre la intención de bajar la edad de imputabilidad: “Esa ley hay que frenarla”.

Sobre la situación del peronismo en Santa Cruz, fue crítico con la conducción actual: “Estamos llenos de dolores, broncas, internas. Y no se puede conducir desde el enojo. Hoy necesitamos otra forma de conducir”. Asimismo, relató cómo fue la filtración de su candidatura antes de que él la confirmara: “La sacaron desde Caleta Olivia como para voltearme. Pero no funcionó la opereta. La repercusión fue buena”.

Consultado por la violencia institucional, expresó su preocupación por el aval social que muchas veces recibe el accionar represivo: “No podés parar a alguien y reventarlo a palo. La Policía debe estar preparada para detenerte, pero no para golpearte. Me preocupa que la gente celebre eso”.

Finalmente, Molina explicó su situación con la Iglesia, tras el decreto que lo libera temporalmente de sus funciones clericales mientras dure su mandato político: “No dejo de ser cura. El decreto me recuerda que debo defender irrestrictamente el evangelio y la doctrina social de la Iglesia. Toda vida vale: la del pibe que se droga, la de la mujer que piensa en abortar, la del que se enamora de alguien de su mismo sexo. Esa vida también vale”.

Fuente: TiempoSur

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