
Con su presencia honesta y cargada de historias de lucha, nos recuerdan que la educación no es mercancía sino derecho humano fundamental. En su mirada late la memoria de todas las batallas ganadas y la certeza de que ninguna tecnocracia efímera ni "instantes de la política" podrán contra el legado liminar estudiantil y la lucha por una educación emancipadora.